Cuando la extracción es inevitable

Si has percibido que alguno de tus dientes, o incluso varios, ha recibido un daño significativo, es natural que te preocupe saber si esa pieza dental puede salvarse o si inevitablemente tendrá que ser extraída. Soy el Dr. Alex, y hoy vamos a explorar tres escenarios lamentables donde, a pesar de los enormes avances de la odontología, un diente ya no puede ser rescatado y debe ser extraído.

La buena noticia es que los casos en los cuales un diente tiene que ser extraído a la fuerza son cada vez menos. La odontología moderna ha desarrollado muchísimas técnicas terapéuticas que permiten salvar la pieza dental a pesar de daños graves. Por ejemplo, hace décadas, una caries que dañaba el nervio o una pérdida de hueso por enfermedad periodontal generalmente condenaba el diente. Hoy contamos con herramientas como rayos X, tomografías computarizadas, endodoncias y técnicas de regeneración ósea que rescatan una gran cantidad de casos.

Sin embargo, a pesar de todo este progreso, existen situaciones específicas donde el daño recibido condena al diente.

Escenario N° 1: La Caries ha Destruido Demasiado la Estructura

La caries dental no siempre se detiene una vez que toca el nervio y produce dolor. Si no recibe tratamiento, la infección avanza y se va expandiendo, socavando estructuras importantes.

Una de las situaciones más graves ocurre cuando la caries se extiende incluso por debajo del nivel de la encía del paciente, alcanzando o superando el mismo nivel del hueso e involucrando hasta la raíz de la pieza dental.

En estos casos, aunque se pudiera realizar una endodoncia “perfecta” y se eliminara el proceso infeccioso, la perspectiva restaurativa del diente es mala. Esto significa que ya no se puede hacer una corona, una incrustación, o cualquier tipo de restauración que ofrezca un sellado adecuado. Si no hay un buen sellado, la bacteria podría filtrarse y volver a producir nuevos daños.

Aunque las técnicas restaurativas avanzan mucho, cuando se evalúa la pieza y se determina que el pronóstico es malo debido a la extensión de la destrucción, lamentablemente la indicación es extraer.

 

Escenario N° 2: Daño Excesivo por Enfermedad Periodontal Avanzada

En este escenario, el daño principal lo recibe el hueso que soporta el diente. La enfermedad periodontal avanzada destruye y reabsorbe el hueso de soporte, debilitándolo en exceso.

Cuando esto sucede, el diente comienza a manifestar movilidad. Puede moverse hacia adelante, atrás o a los lados. En los casos más graves, puede haber tanta pérdida de hueso que el diente incluso se cae solo.

Los dentistas determinan si un diente con daño periodontal es tratable o no a través de un análisis llamado pronóstico de la pieza, que puede ser bueno, reservado o malo.

  • Pronóstico Bueno:Casi siempre se logra un resultado favorable y se estabiliza la pieza.
  • Pronóstico Reservado:Hay ciertas dudas, y la decisión de salvarlo o extraerlo depende de varios factores, como la salud general del paciente, su edad, su colaboración con la higiene, y la cantidad de hueso perdido.
  • Pronóstico Malo:Se determina que la pieza ya no tiene buenas perspectivas de sobrevivencia en boca, o que el intento de salvarla ya no vale la pena.

Generalmente, un pronóstico malo ocurre cuando el diente ha perdido demasiado hueso —a menudo, dos tercios de la raíz o más—. Esto se acompaña de una movilidad de Grado 3, donde el diente se mueve para todos lados. En esta situación, es mejor extraer la pieza para eliminar el foco infeccioso y planificar una rehabilitación futura.

 

Escenario N° 3: Fractura o Fisura Vertical a lo Largo de la Raíz

La tercera situación donde la extracción es inevitable es cuando existe una fisura o fractura vertical a lo largo de la raíz del diente.

Estos casos se presentan con mayor frecuencia en piezas que ya han sido tratadas previamente con endodoncia (tratamiento de conducto radicular). Aunque el diente haya prestado servicio clínico por un tiempo (a veces meses, otras veces años), una fuerza masticatoria exagerada o el simple cumplimiento de su vida útil clínica puede generar una rajadura a lo largo de la raíz (o una de las raíces, en el caso de molares).

El gran problema es que esta fractura vertical abre la puerta a la contaminación bacteriana. Lamentablemente, por el momento, no existe un recurso o manera de sellar esa fisura. Lo que ocurre es que la fisura se sigue extendiendo, lo que provoca la pérdida de hueso en la zona.

Aunque no siempre una fractura indica la extracción, ya que la gran mayoría de fracturas son rescatables y rehabilitables, la fisura vertical es la que, lamentablemente, condena la pieza a ser extraída. A veces, el diagnóstico es ambiguo y requiere una pequeña cirugía exploratoria para confirmarlo visualmente. Si se confirma, la extracción es necesaria, ya que no hay forma de sellarla.

 

Conclusión:

Aunque la odontología moderna nos permite salvar más dientes que nunca gracias a los avances en regeneración, endodoncia y diagnóstico, estos tres escenarios —destrucción extrema por caries, pérdida masiva de hueso por enfermedad periodontal, y fractura vertical de la raíz— representan límites donde la extracción se vuelve necesaria para garantizar la salud bucal general.

Si tienes dudas sobre el estado de tus dientes o sugieres algún tema para un próximo video, no dudes en dejar tus comentarios. ¡No olvides suscribirte al canal y activar la campanita para recibir notificaciones!